Si, también vi esta película en el Festival de Málaga. No me siento orgulloso, de hecho, tampoco estoy contento, pero tengo que reconocer que fui a verla. Tenía pocas esperanzas de que me gustara, y lo cierto es, que consiguió batir mis expectativas, por lo bajo. Ojo que en esta crítica voy a hacer spoilers porque no considero que sea importante que la veas o no.
Un hipster en la España vacía
Este film está dirigido por Emilio Martínez-Lázaro, con un buen palmarés a sus espaldas, nominaciones a los Goya, los Feroz, los Forqué o incluso ganó dos Biznagas de plata del Festival de Málaga por El otro lado de la cama. Probablemente sus últimas películas Ocho apellidos vascos y Ocho apellidos catalanes sean las más conocidas, con éxito rotundo de público aunque quizás no de crítica. También ha dirigido películas fuera del humor, como Trece Rosas.
Este largometraje que nos atañe hoy: Un hipster en la España vacía, describe el nacimiento de un partido político, que apuesta por lo rural, lo verde, la España vacía, o vaciada, o como la quieras llamar, etc. Podría sacarse el parecido a algún partido político actual, pero aquí no hemos venido a hablar de eso.
Dentro de ese partido político nos encontramos con diferentes perfiles, un irresistible líder, con el pelo corto, nada de coleta, interpretado por Paco León, para mi nada creíble. No digo que sea feo o atractivo, pero no es el tipo de persona que yo consideraría un seductor y mucho menos de la forma en la que actúa en la película. Ni siquiera para hacerlo con humor o como algo gracioso. Otros perfiles que nos encontramos dentro de este partido son el protagonista y su pareja, interpretados por la guapa pero insulsa en este papel, Macarena Garcia, y Lalo Tenorio. Sinceramente, podría ser él, o podría ser otro, me impresionó tan poco, que si me lo cruzo por la calle, no lo reconocería.
El argumento es el siguiente, la pareja, de militantes de este «novedoso» partido muy verde, muy ecológico, están super motivados con sus ideales políticos y quieren progresar lo mas rápidamente posible. Esto separará sus caminos, a una la mandará a los brazos del «irresistible líder» y al otro a un pueblo de la España vacía. Resumiendo muy rápido, de verdad, porque no creo que merezca ni el tiempo de leerlo. Ella, la novia del protagonista, hace uso de «tenemos una relación abierta» para liarse y ponerle los cuernos con el «irresistible líder». Él, mientras tanto, monta una revolución en el pueblo que pasa de tener el mismo alcalde desde hace 40 años a tenerlo a él como alcalde, con la ayuda de la dueña del bar del pueblo Berta Vázquez. Y pasa a ser todo «chupiguay», super verde y super eco, como las lavadoras modernas.
Todavía no entiendo como gente con el curriculum de Miguel Reyán (Tío, que salías en Amanece que no es poco) o Tito Valverde (y tu también), se meten en estos berenjenales. No entiendo como acceden a hacer estos papeles. Estoy convencido que tienen suficiente dinero en el banco como para no tener que pasar por esto y manchar su carrera con este tipo de largometrajes.
La única actriz que mantiene la película un poco arriba es Berta Vazquez, como la dueña del bar del pueblo, por su interpretación, y porque está terriblemente guapa. Durante toda la película, no hay escena que le quede mal.
No os voy a contar el final, tampoco os vais a sorprender, porque es totalmente previsible.