Hoy voy a escribir sobre Yana Wara, película que vi en el fantástico Festival de Málaga de Cine. La presentaron el director y una de las actrices protagonistas, Irma Doris Percca, que vino ataviada de su vestimenta folclórica. Saludaron en su lengua local, y hablaron un poco sobre lo que querían transmitir con esta película. Lo cierto es que la sala no estaba muy llena en este caso.
Como siempre, trataré de no hacer spoilers sobre que pasa durante la película, pero teniendo en cuenta que esto es una crítica, es posible que desvele algún detalle de la trama.
Bueno, eso lo podría decir de cualquier película de la que escriba una crítica, de esta, no tanto. La hora (las 4 de la tarde) y el ritmo y argumento de la película no ayudaron mucho. Tampoco que estuviera en VOS y su lenguaje fuera el Aymara, y teniendo en cuenta que esta rodada en Perú, por indígenas semiprofesionales, o aficionados, se me hizo complicado seguir la trama. A lo mejor tampoco ayudó que la película fuera íntegramente en blanco y negro. Vamos, lo voy a confesar ya, por mucho que me duela, tuvieron que despertarme en el algún momento.
El argumento de la película lo puedes leer en cualquier sitio, así que no entraré mucho en detalles, pero habla de las tradiciones, creencias, y misticismos de la zona, y lo perjudiciales que pueden ser para algunas personas, en este caso, la perjudicada es una pobre niña.
Dato curioso de la película: su director inicial Óscar Catacora, falleció durante el rodaje a los 34 años de edad de apendicitis, y la película fue terminada de rodar por su tío, Tito Catacora.
Resumiendo, a mi personalmente no me llaman mucho la atención este tipo de películas, pero entiendo que cualquier persona que pueda apreciar la belleza de la fotografía, la profundidad del argumento y lo dificultoso de grabar una película en esas condiciones puede disfrutar mucho de ella.